Ilustración de José Bielsa

PRIMERA RESEÑA


Reseña de Javier Rodriguez, dueño de la Librería Cervantes de Alcalá de Henares.



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Marina Fernández Bielsa nos sorprende con su primera novela y que no es sino un pequeño ajuste de cuentas con su pasado. Un ajuste de cuentas que no es sino una reordenación de sentimientos y de etapas de amistad y amor. Como muy bien expresa en ese libro -que particularmente me marcó a mí bastante- “Tokio ya no nos quiere” de Ray Loriga, la memoria es el perro más estúpido, le lanzas un palo y te trae cualquier otra cosa. Un texto breve, con una narrativa cargada de sentimientos pasados y con banda sonora. A lo largo de todo el texto la autora nos va recordando esas canciones y letras que marcaron cada etapa de la existencia de la protagonista. Y lo hace con la sabiduría de reflejarnos un tiempo que todos hemos recorrido. Son años de transición y guateques. Son edades en que los enamoramientos, por el desfase de años, no son correspondidos como debieran. Son espacios de maduración y pérdidas, de reajuste de nuestra existencia. Una lectura que se hace de una vez y que fluye con gran suavidad. Una prosa que nos invita a saborear esas experiencias que todos hemos tenido en nuestros años de juventud y que, mucho tiempo después, ya, no son sino esas postales que descubrimos un buen día en el trastero de casa o hurgando entre los restos que dejan nuestros familiares al irse definitivamente. Y descubrimos que éramos otros, muy diferentes a como creemos. Muy diferentes a como creían. en fin, muy diferentes a lo que somos en este momento, en el que todos esos amigos que nos acompañarían a lo largo de nuestras vivencias han desaparecido con rapidez. Y nuestra existencia se ha ido acoplando, paulatinamente, a los tiempos.

Diana, la protagonista de la historia, es amiga de Óscar, que se siente atraído en la sombra por ella, y de Rebeca, que desea a Óscar. Y Diana, sin quererlo, acaba enamorándose de un tercero, Miguel, siete años mayor que ella y que, cuando cree alcanzarle, como la tortuga de Zenón nunca siendo alcanzada por Aquiles, siempre está en otro lugar y con otra diferente. En una vuelta al pasado, trabajando de periodista en Alicante, cae en casa de Óscar, un antiguo amigo del colegio y que yace postrado en cama. Los recuerdos afloran a su mente y no queda otro remedio que adecuar los sentimientos a los hallazgos.

Una lectura sencilla, como debe ser una primera obra de un autor. En ella nos ilustra con músicas de cada momento vivido y con una bitácora de libros que todos hemos leído y nos han marcado en la juventud, en esos años de madurez y altibajos. Una obra asentada en relaciones de amistad y que no necesita profundizar en otras relaciones, como las de los lazos familiares, para recrearnos una sencilla trama de amores no correspondidos. El descubrimiento del primer amor y la primera relación contadas con abrumadora simpatía y claridad. Un relato que nos hace pensar a todas luces, como toda primera obra de autor, en pinceladas autobiográficas de la escritora en sus jóvenes años.

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