"Sé que Víctor nunca va a
enamorarse de mí. Nuestra relación me recuerda a una canción de Los Secretos: Has visto demasiadas películas rosadas y te
lo has llegado a creer / qué esperas de la vida, ya no eres esa cría, sólo
queda lo que ves / tu príncipe soñado ya viene retrasado y mi oferta sigue en
pie / Ya sé que no es amor, pero está bien. / No esperes ahí sentada o soñando
con la almohada, todo te salió al revés./ Ya sé que no es amor, pero está bien.
A veces pienso que
Enrique Urquijo la escribió sólo por mí. Soñaste
tantas bodas y despertaste en todas tan sola al amanecer / qué quieres que te
diga la noche se hace fría y no para ningún tren / Aquella vieja almohada y mis
manos en tu espalda es lo que te puedo ofrecer / ya sé que no es amor, pero
está bien.
Espero algo más, también
en el amor. Conocer a alguien, volver a enamorarme, que se enamoren de mí.
Jugar a la seducción, sentir burbujas en el estómago y escalofríos en la piel.
Pasión, sexo salvaje. Parece mentira. Seguir creyendo en estas cosas, seguir
esperando que pasen. Caer en la trampa del imaginario sentimental de teleserie
juvenil o de protagonista de comedia romántica con el que he crecido y tener fe
en que algo bueno me puede pasar en cualquier momento".
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