Ilustración de José Bielsa

Mención en el blog LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS




http://santy-lavidasecretadelaspalabras.blogspot.com/2011/05/los-patos-de-central-park.html



"LOS PATOS DE CENTRAL PARK de MARINA FERNANDEZ BIELSA es una novela que reúne todo lo necesario para disfrutar de la buena literatura, es una novela fácil de leer, fresca, bella, con la que nos podemos sentir identificados una generación que crecimos con verano azul, barrio sésamo, Disney, etc, pero sobre todo es una novela que habla de la vida, de la vida de Diana, que podría ser la vida de cualquiera de nosotros.

Primera novela de su autora y no se podía haber estrenado mejor...Gracias a Antonio Gómez Rufo que la recomendó en el periódico el día del libro, gracias a él he disfrutado de esta historia que era justo la que necesitaba en estos momentos en los que la "nostalgia" es el protagonista de mí película.

Ojalá os animeis a leerla muchos porque la vais a disfrutar y porque su autora se merece al menos tanto éxito como calidad tiene la novela, y ya digo de antemano que es muy alta."

RESEÑA DE FRANCISCO JAVIER ILLÁN VIVAS

Publicada en la revista digital Ágora, papeles de arte gramático



Diana es una joven que cuando conecta con alguien con el que comparte inquietudes, gustos y obsesiones literarias fuera de lo común, su emoción inicial se ve frenada por una desconfianza que se vuelve desasosiego si esa persona se interesa por ella en aspectos extraliterarios (Pág. 26), ya que inmediatamente piensa en Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, quien, como ella, veneraba la novela de J.D. Salinger “El guardián entre el centeno” y adoraba a su antihéroe, Holden Caulfield, ese mismo que descubre que no hay ningún guardián que nos salve del abismo que se extiende tras el campo de centeno. Y que es necesario atravesarlo para crecer, aunque crecer signifique vagar (Pág. 24-25).

Pues yo he sentido esa especie de desconfianza al conectar, desde la segunda página, con la novela de Marina Fernández Bielsa, no por que, como su personaje, creciese en los 70 del pasado siglo, que me tocó hacerlo un poco antes, pero sí por que leí esa novela, me pregunté dónde iban los patos de Central Park en invierno y no tuve más remedio que ver las series Marco, Vikie el Vikingo, Mazinger Zeta, Orzowei, La casa de la pradera y otras que nos marcaron.

Nuestros caminos, afortunadamente, se separaron cuando ella reconoce que nació en Madrid y no en el Mediterráneo. Por eso ella sabe que en la ciudad con playa, donde ha encontrado trabajo como periodista, no encontrará lo que está buscando (Pág. 16).

Marina Fernández Bielsa ha escrito, en efecto, un libro intimista y reflexivo, en primera persona, muchas veces casi un monólogo, compartido otras con la lectura de sus propios diarios, de las cartas que escribió o que recibió, de los correos electrónicos, o de los SMS; un libro, que conectará con el lector o lectora que haya crecido con aquellas series, o con Barrio Sésamo, o con la primera emisión de Verano Azul; con las viejas canciones- ya de color gris- de Ismael Serrano, de Radio Futura, de Ismael Serrano, o de los inevitables Joaquín Sabina y Juan Manuel Serrat.

Un libro de esa generación mileurista y engañada acerca de sus posibilidades. Que se iban a comer el mundo y el mundo acabó por devorarlos (Pág. 8), no se trata de esta generación perdida que ahora lucha por encontrar su lugar alrededor del movimiento 15M, no. Más bien eso a quienes “creo”, “quizá” y “tal vez” son las expresiones que mejor les definen (Pág. 9).

La protagonista siente que toda esa vida de la que tanto espera en la ciudad con playa se le desmorona cuando Rebeca, tras ocho años de silencio, le habla de un accidente del que no habría querido enterarme nunca (Pág. 32). Entonces los recuerdos regresan como lápidas al presente, y se ve obligada a crecer, como Holden Caulfield, con diez años de retraso.

Óscar y Rebeca, su inquebrantable primera amistad, que no soportó los golpes de la vida; la relación casi destructiva que mantiene con Miguel, o con Víctor, todo viene al momento presente, cuando, ahora sí empieza a saberlo, desde el futuro las cosas se ven más claras (Pág. 24).

La novela de Fernández Bielsa es también un libro de esa soledad de los adioses inevitables, adioses a las ilusiones, a las esperanzas. Por que, cuando ya te sabes las respuestas de la vida, te cambian las preguntas (Pág. 88). De asumir el fin de los sueños adolescentes, como comentaba antes, aunque sea con diez años de retraso (Pág. 94).


Francisco Javier Illán Vivas

Mención de JORGE DÍAZ en CULTURAMAS

El escritor Jorge Díaz, autor de Los números del elefante (Planeta, 2009) menciona la novela en su columna de Culturamas "No te signifiques".

A Marina Fernández Bielsa, que ha escrito una novela que se llama “Los patos de Central Park” y es estupenda, con una de las mejores frases que he leído últimamente: “Qué le voy a hacer si yo nací en Madrid y no en el Mediterráneo. Mi niñez no juega en una playa, ni siquiera en una acera, sino en un patio de colegio y en los jardines del Retiro”. Una novela llena de recuerdos generacionales: canciones, series de televisión, libros… Y me sorprende tener una docena de años más que ella y reconocerlos todos: Verano Azul, y si esta noche quieres ir a bailar vete poniendo el disfraz de pecadora…, Tokio ya no nos quiere… O cambiamos poco o ella los ha escogido tan bien que da igual la edad que tengas para identificarte y entender su historia.


Lee la columna completa aquí:

http://www.culturamas.es/blog/2011/06/27/no-te-signifiques-29/

RESEÑA DE SONIA FIDES

Reseña de Sonia Fides en su blog:
Mademoiselle joue avec son revolver




Aunque siempre lo intuí he necesitado leer este libro para confirmar, aseverar y asumir que pertenezco a la generación de los cautivos. Da igual que la autora sea algunos años más joven que yo,da igual que en esta novela de confirmaciones y frases hermosa exista un párrafo casi al final que hubiera podido destrozar la novela("A mis treinta años ya tengo asumido que la vida es una ladrona. Y una traidora. Maquina injusticias que se sirven frías, mezcladas con clavos de derrota que no queda más remedio que tragar, aunque desgarren la garganta y se claven cerca del corazón o queden atravesados en el estómago, como una mala úlcera que acaba sangrando con cada nuevo sinsabor. Dicen que el amor llega sin avisar. Pero también la traición y la injusticia. Y la verdad...") desde el 68 hasta el 75 todos somos hijos de esa generación de cautivos de la que hablaba más arriba. Somos cautivos del pasado, de todas las canciones que descubrimos o nuestros hermanos mayores nos regalaron. De algunas series de televisión, del futuro que le ofrecían a nuestros ojos infantiles, de un montón de frases literarias que parecían revelarnos los intringulis de la vida entera. Somos los hermanos menores de los primeros robots catódicos, los hermanos mayores de aquella niña a la que el destino subía hasta lo más alto de la montaña. Somos también los hijos bastardos del futuro y de eso va esta novela que confieso que nunca habría comprado de no ser por la explícita referencia de su título a mi venerada novela de Salinger. Yo aún sigo esperando la respuesta a la incognita, aunque como la autora, también finja haber cambiado algunas preguntas. Me alegro de haber encontrado esta historia, me alegro de haberla leído, me alegro de pertenecer a la generación a la que pertenezco, me alegro de seguir esperando al futuro y sobre todo me alegro de serle fiel a mi pasado, a sus manos y a las manos de todos aquellos que tan generosamente me cuidaron para que llegara lo más intacta posible al futuro. Sin duda hay que darle las gracias a la autora que ha sabido y ha querido contar lo que somos, todos sabemos que los secretos generacionales son a veces una losa muy pesada y que no todos los escritores tiene los músculos lo suficientemente tonificados para llevar a cabo esta empresa. Para mí es ya uno de los imprescindibles. Una autopsia con la mesa limpia después de cada incisión. Hay mucha sangre en cada movimiento, pero Marina Fernández Bielsa sabía que dejar que la sangre de los distintos órganos vitales se fueran mezclando sobre la mesa de operaciones hubiera sido un gravísimo error para la historia. Una estupenda primera novela. Me apunto el nombre de la autora. Tiene pinta de volver a darme lo que necesito cuando me siento a leer.